miércoles, 30 de noviembre de 2011

ALIMENTACION O RECARGA DE LAS AGUAS SUBTERRANEAS

Infiltración Natural
La infiltración se produce en el terreno por la acción conjunta de dos fuerzas, a saber la
gravedad y la atracción molecular, las que pueden actuar en un mismo sentido o bien en forma
opuesta, según las circunstancias. La magnitud de la infiltración y por lo tanto de la alimentación
de las napas subterráneas, se ve influenciada por dos tipos de condiciones; las que dicen
relación con las precipitaciones que constituyen la fuente misma de origen del agua, y las que
dicen relación con las condiciones del terreno, que son las responsables de las mayores precipitaciones, que constituyen la fuente misma de origen del agua, y las que
menores facilidades existentes para la infiltración y que determinan finalmente la proporción de
las precipitaciones que pueden llegar a constituir una recarga de las napas subterráneas. En
este segundo tipo deben incluirse además las condiciones geológicas del subsuelo que son las
que fijan la existencia y potencia de rellenos permeables, es decir, determinan la capacidad del subsuelo para recibir y regular el agua proveniente de las infiltraciones.



Infiltración de las Corrientes Superficiales
Las corrientes se clasifican en general en dos categorías: corrientes influentes y corrientes
efluentes. En las primeras, el nivel de las aguas superficiales está por encima de la superficie
freática libre y el agua pasa desde la corriente superficial a la zona de saturación. Por el
contrario, una corriente se llama efluente si su nivel está por debajo del nivel freático y, por
tanto, recibe aportaciones de agua subterránea de los mantos de la laderas. En algunas
regiones relativamente lluviosas, casi todas las corrientes de agua de flujo perenne o casi
perenne son efluentes.
En estas regiones, la recarga tiene lugar en las zonas existentes entre dos ríos o arroyos, de manera que las corrientes sirven como canales de drenaje natural que descargan el exceso de caudal de los almacenes subterráneos de agua. La recarga tiene lugar principalmente por la penetración vertical de la lluvia y del agua de las nieves en la inmediata vecindad de su punto de precipitación.

Sin embargo, cuando la intensidad de precipitación de lluvia o nieve es superior a la velocidad con que puede infiltrarse el agua a través de la superficie del terreno, este exceso de precipitación correrá sobre la superficie en la dirección de su máxima pendiente.
Al principio de una lluvia, la escorrentía se presenta en forma de una lámina fina irregular de
agua, pero muy pronto el agua superficial se concentra a lo largo de las vaguadas o
depresiones y forma las corrientes intermitentes que llevan el agua al sistema de corrientes
perennes. De esta forma, las partes bajas de las vaguadas y de los canales de estas corrientes
superficiales temporales transportan el agua durante un período de tiempo más largo y con
mayor carga hidráulica que la que se produciría solamente por la precipitación y, por tanto, en
ellas se produce una infiltración mayor que la media, siendo especialmente eficaces en cuanto
se refiere a la recarga de los depósitos de aguas subterráneas inferiores. Es éste un aspecto
importante de la cuestión, que muy a menudo se ha pasado por alto por aquellos que sostienen
que la recarga directa de lluvia o nieve es despreciable o nula.



No hay comentarios:

Publicar un comentario